A pocos kilómetros de Cracovia, en el sur de Polonia, se encuentra Oswiecin. Inicialmente su nombre dice poco al viajero, que comprueba enseguida que se trata del lugar donde estuvo emplazado el campo de exterminio de Auschwitz. Y, aunque esa sola palabra evoque en nuestros recuerdos la muerte y la crueldad, resulta obligado visitarlo para completar el conocimiento de lo que allí ocurrió.
Por segundo año –a instancias de Rolde de Estudios Aragoneses, Amical de Mauthausen y el Gobierno de Aragón– en las Cortes se rindió homenaje, el pasado 27 de enero, a todas las víctimas del Holocausto. Aragón se incorpora institucionalmente a los actos que se han celebrado durante estos días en distintos lugares de España y en numerosas ciudades, principalmente del mundo occidental, siguiendo la recomendación de las Naciones Unidas.