En la caída de Primo de Rivera a comienzos de 1930 los socialistas emitieron su opinión favorable al mantenimiento de los Comités Paritarios, aunque con reformas, frente a las demandas de algunos medios y grupos conservadores que solicitaron su derogación.
El ministro de Trabajo Largo Caballero intervino en la Conferencia Internacional del Trabajo, que se celebró a primeros de junio de 1931 en Ginebra, para explicar el programa social del Gobierno Provisional de la República. Como el propio Largo expuso en su discurso siempre había tenido una intensa vinculación con la Organización Internacional del Trabajo, pero con la particularidad de que ahora llegaba como ministro de su país, un hecho que le producía una intensa satisfacción.