La creación de organizaciones revolucionarias formadas por alemanes fuera de las fronteras de los distintos estados existentes antes de la unificación es una característica de la primera etapa del movimiento obrero alemán. En relación con la Revolución de 1830 París se convirtió en patria de exiliados liberales europeos, pero también de artesanos, obreros e intelectuales con deseos revolucionarios más intensos. En 1832 nació allí la Unión Popular Alemana. Sus integrantes eran artesanos del ramo de la zapatería. Su labor se centró en la publicación y distribución de folletos en alemán para poder distribuirlos en los estados alemanes occidentales.