Hace falta mucha desfachatez para pasar por alto el riesgo de aludes y mantener abierto el Balneario de Panticosa en invierno, sin protección contra los aludes. También hace falta mucha cara dura para declarar -como ha hecho Jordi Sabaté, uno de los responsables de Nozar-, que les preocupa la seguridad de las personas y que hay que buscar soluciones “posibilistas”, añadiendo a sus palabras que cree en el sentido común y en la profesionalidad.