• 13/02/2012

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    Hace unas cuantas semanas me invitó Pepe Bada a acompañarle a su pueblo natal, Favara (ellos prefieren escribirlo en su lengua catalana), e intervenir en un encuentro de fondo religioso aunque profundamente humano, sobre “La crisis como reto global”. Organizado por la Asociación Wirberto Delso era el primer acto importante, tras su creación, y recordaba al hace poco fallecido amigo ex cura allí (cesado injustamente por el arzobispo Cantero, lo que provocó, hace casi cuarenta años, el célebre caso con el abandono en protesta de unos treinta sacerdotes). También intervinieron el propio Bada, el presidente de la Asociación, Pedro Carceller, el ex cura Enrique de Castro, de la Parroquia de San Carlos Borromeo en el madrileño barrio de Entrevías, en conflicto con su arzobispo Rouco. A ellos les daba igual mi largo y hondo agnosticismo y a mí me admiraba su férrea fe contra tanto viento y tanta marea. Muy gratas horas entre amigos nuevos y viejos (el alcalde, Paco Doménech, el escritor Ángel Delgado) y un viaje que me permitió escuchar a Pepe el relato emocionado de su infancia en guerra, amén de otros muchos asuntos.
    Artículo publicado el día 10 de febrero de 2012 en EL Periódico de Aragón

    Palabras clave: Pepe Bada