Hemos leído los “documentos secretos” filtrados por Wikileaks y publicados recientemente en el diario El País sobre Guantánamo. Hemos comprobado por enésima vez que los amos del imperio, los supuestos adalides de la democracia y de la libertad, los presuntos garantes del imperio de la ley, mantienen una situación jurídica y humanitaria propia de los regímenes totalitarios más execrables.